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Una fecha especial. No todos los días se cumplen 108 años. Por lo mismo, entrevistamos a la presidenta de la agrupación musical, Daniela Cavieres. Ella tiene 24 años, y estudia ingeniería civil en obras civiles en la Universidad de Santiago. Siempre recuerda el momento en que la banda se convirtió en algo para ella. “Mi tío era trompetista, y mi familia materna siempre estuvo relacionada con la banda. Me llamaba la atención la música, pero no la veía en ese entonces, como algo proyectable. Sólo tenia 10 años”, explica.

 

Y por esas cosas de la vida, fue la primera mujer en integrar las filas de la banda. “Un orgullo para mí. Y siempre me recibieron de la mejor manera. Aunque en su mayoría era gente mayor, lo tomaron muy bien. Me cuidaban, y me fueron enseñando. Siempre estaban preocupados por el tamaño de los instrumentos, y de como los tomaba. Eran muy grandes para una niña de 10 años. Partí con el saxofón, y ahora –desde hace 13 años– el clarinete se ha convertido en mi instrumento. Y me siento bien”. Daniela comenzó tocando el saxofón, pero además tocó la lira y la percusión. La banda sólo se reunía para las festividades específicas: romerías, procesiones, dianas y desfiles. Y para la Fiesta de la Virgen del Carmen, donde hacían dianas y acompañaban con su música la procesión.

 

LA BANDA 

 

En la actualidad, son 15 personas quienes la integran, donde también hay estudiantes de varios sectores de la comuna: Olivar Bajo, Olivar Alto, El Molino e incluso dos de Rancagua. Ensayan en dependencias de la ex municipalidad, ubicadas en la avenida José Hipólito Salas.

 

Pese a su juventud, y respecto a las tradiciones, Daniela no esquiva el tema. “Vimos que este año, y en los pasados, las personas que han llegado a vivir a Olivar, se quejan por el tema de las salvas en nuestra presentación de fiestas patrias, que es una tradición de la comuna. Nosotros como grupo lo conversamos días antes de presentarnos. Teníamos la inquietud y el temor por la reacción de la comunidad. Pero nosotros nos presentamos como banda. Y en esa temática, como que quedamos al medio. Quizás habría que hacer alguna especie de consulta ciudadana, si es que las personas quieren mantener las salvas. Pero nosotros somos músicos, y esta tradición es esperada por las personas”.

 

El repertorio de la banda ha variado con los años. Esto, porque se han ido integrando músicos con estudios, y han tenido directores musicales. “Sí. Hemos sumado al repertorio música popular, música de películas y música clásica. Y las personas lo reciben bien. Son melodías que están en el inconsciente de las personas. Y ellos las disfrutan”.

 

La idea de Daniela es poder ir integrando a niños y niñas, interesados en aprender sobre la música. “Queremos como grupo, que los niños experimenten, y se den cuenta por si solos que la música puede ser un gran método de aprendizaje. El rigor de los ensayos, la técnica. Pero también, en como sienten la música que interpretan. Eso me daría gusto”. En pandemia, siguieron ensayando, pero tuvieron que modificar su metodología. “Lamentablemente, no nos podíamos reunir. Cada uno contaba con su instrumento en la casa, por lo que cada uno ensayó sus partes. Además, algunos compañeros comenzaron a impartir clases de sus instrumentos. No nos detuvo la pandemia. Nos gustaría contar con más instrumentos. A veces, eso nos frena para crecer. Pero somos parte de una rica historia, que seguiremos yo y mis compañeros de banda, manteniendo firmes”, concluye la clarinetista.